Hace tiempo que el empleo de celulares en los conciertos es motivo de polémicas y, por qué no, de varias peleas. Muchos se preguntan cuál es el sentido de pasar dos horas con el brazo levantado para filmar un show que se podría disfrutar mejor sin pantalla de por medio, lo cual ha provocado varias reacciones adversas entre los artistas y el público.
Lo cierto es que ya hay algunas iniciativas orientadas a resolver la cuestión. La empresa Yondr ofrece un sistema que permite al espectador guardar su celular en un estuche de neopreno con un chip que lo cierra e impide su apertura hasta ser pasado por una máquina que lo desactiva. Un mecanismo similar a las bolsas antirrobos que se brindan en farmacias y supermercados cuando se compran medicamentos o productos delicados.
Su creador, Grahan Dugoni, declaró que “se deberían generar espacios libres de teléfonos celulares en la sociedad en general, no solo en los recitales”. Con este sistema, no solo se impediría filmar un espectáculo, sino el uso completo del equipo móvil.
Yondr ya fue empleado durate los ensayos de la última entrega de los premios Oscar, para evitar que la rutina del presentador Chris Rock y todas las sorpresas de la ceremonia se terminen filtrando en internet por culpa de algún celular fisgón.
Desde la compañía aseguraron que artistas como Alicia Keys y Guns N’ Roses se mostraron interesados en emplear esta iniciativa, que ya es utilizada por unas 50 escuelas en Estados Unidos.
Las ideas no terminan acá. Días atrás, Apple registró la patente de un sistema para que las cámaras de sus equipos iPhone y iPad se bloqueen de forma automática al momento de filmar un concierto. ¿Cómo lo hace? Gracias a la geolocalización satelital: si se detecta que el teléfono está ubicado en un lugar donde se desarrolla un espectáculo público, se desactivan los lentes.
El invento no sorprende si se tiene en cuenta la restrictiva política de Apple en cuanto a derechos de autor y distribución de contenidos online. Pero, seguro, esta medida digna de “Gran Hermano” despertará muchas quejas entre los usuarios, que no podrán hacer un libre uso de sus propios teléfonos.
Si estos sistemas triunfan, ¿qué vamos a usar ahora cuando suenen en el estadio los temas lentos? Todo parece indicar que en el bolsillo, además del celu, habrá que hacerle lugar al viejo y querido encendedor.